Aylem Peña, una maestra especial.

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“UN BUEN MAESTRO FORMA, UN MAL MAESTRO DEFORMA”

Maestra, psicóloga y madre son los roles que, para Aylem Peña, acreedora del premio “Un Maestro Especial” debe tener todo profesional de la docencia

 

Edda Pujadas, @epujadas.- Considerando la influencia positiva que logra en sus estudiantes, su labor por más de 24 años en la docencia y su dedicación a cada uno de sus pequeños alumnos, Aylem Peña, quien se desempeña como profesora de español en la escuela Dr. Rolando Espinoza K-8 Center de Doral fue seleccionada como “Una Maestra Especial”.

El premio “Un Maestro Especial” es otorgado anualmente por la cadena de televisión Univisión 23 y Papa John´s Pizza con el propósito de destacar la labor de los docentes del condado de Miami-Dade, al considerar que los profesores son los profesionales más influyentes en la vida de los niños y por ende, la columna vertebral del futuro de nuestra sociedad.

  Para este premio, que será promocionado por Univisión hasta la fecha de su entrega en el próximo mes de mayo del 2014, Aylem Peña fue nominada por su propia escuela, a través de su colega Allison Faehnle, tras reconocer el esfuerzo que hace por cada uno de sus niños y las cualidades profesionales que la hacen una persona valiosa para la comunidad y cuyos méritos ya habían sido reconocidos al ser seleccionada “The Teacher of Year 2011-2012”.

Este reconocimiento incluye la filmación de las actividades diarias de la maestra Aylem con sus estudiantes, que serán transmitidas por Univisión como una antesala a la premiación, la asistencia a la ceremonia de otorgamiento junto a nueve de sus alumnos y un premio en efectivo.

LA MAESTRA AYLEM 

Cubana de nacimiento y maestra por vocación y preparación, Aylem Peña llegó a Miami en 1997. Venía de La Habana, donde daba clases de física a niños de 7mo. grado y cuando llegó al sur de la Florida, sus habilidades docentes la llevaron a recorrer con éxito el instituto de idiomas Berlitz y las escuelas John Smith y Eugenia B. Thomas en Doral, hasta el 2008 cuando fue parte del equipo fundador de la institución educativa Dr. Rolando Espinoza K-8 Center, a la cual pertenece en la actualidad. 

Aylem se encarga de enseñar español a los más pequeñitos, pues da clases a los niños desde kindergarten hasta quinto grado, por lo que ella misma reconoce que la única forma de captar y mantener la atención de sus niños es re-inventarse cada día, innovar en los métodos de enseñanza y atender sus necesidades extra-académicas.

“Mi trabajo es muy dinámico”, comenta Aylem, “es imposible aburrirse con tan sólo escuchar las historias de cada uno de ellos. Cada mañana me tengo que tomar algunos minutos para oírlos porque siempre tienen algo que decir que, para ellos, es muy importante”.

Esta maestra especial considera que “un buen maestro forma, pero que un mal maestro deforma”, por lo que no es suficiente conocer la materia que se imparte a los niños, es vital establecer una comunicación con ellos, preocuparse por sus problemas, escuchar sus opiniones, ser comprensiva sin mermar las exigencias académicas y querer ir más allá, pues son los profesores quienes le abren el horizonte a sus alumnos. 

Un maestro debe ser activo, así como lo son los niños, considera Aylem Peña, por lo que es necesario prepararse para cada clase, estar dispuesto a aprender de cada estudiante y evolucionar con ellos. Sus más de 24 años como docente, la llevan a asegurar que la educación no puede ser estática.

 

UN LLAMADO A LOS PADRES 

Como maestra y madre de dos hijos de 15 y 16 años de edad, Aylem Peña insiste en la importancia de la integración de los padres al sistema escolar. Está convencida de que la principal carencia educativa de algunos niños es la falta de interés de su familia en su evolución académica. 

“Los niños necesitan orientación. Cuando salen de la escuela necesitan ayuda, alguien que los guie en sus tareas y que se relacione con sus profesores”. Comprende que las obligaciones labores de los padres limitan esta función, pero también quiere hacer entender que es indispensable la ayuda paterna para el éxito escolar de cada pequeño. 

Una de las mayores satisfacciones de la maestra Aylem es ver como muchos de sus estudiantes de kindergarten ya saben leer y cree que esto es el resultado del interés de los niños, la preocupación de los padres y la motivación que ella ha logrado inculcar en sus alumnos, por lo cual insiste en que en la educación infantil todas las partes deben involucrarse. 

Al agradecer el premio que le ha sido otorgado, Aylem Peña no deja de comentar que este tipo de reconocimientos es una gran motivación para los maestros, pues no siempre la labor docente es tomada en cuenta. Manifiesta que, si bien el cariño permanente de todos los niños es la mejor de las retribuciones, el maestro debería tener una mayor valoración social.

Una anécdota para recordar…

De sus años de docencia en Cuba, Aylem Peña nunca olvidará al joven pelotero, un muchacho de unos 14 años que se escapaba de la escuela. La mamá desesperada de aquel niño acudió a la joven Aylem para pedir ayuda y ella descubrió que el niño se fugaba a la costa porque no tenía nadie con quien jugar pelota.

La maestra Aylem le ofreció que si no faltaba a clases durante un mes, ella lo iba a llevar un sábado, junto a todos sus compañeros de clase, a jugar pelota en la Ciudad Deportiva. El muchacho cumplió su promesa y ella también, así que caminó tres kilómetros, con 60 niños bajo su responsabilidad hasta llegar a la Ciudad Deportiva para disfrutar un inolvidable juego y lograr que su muchacho nunca más faltara a clases.

 

 

 

 

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